Por Ingrid Becker N., Presidenta del Consejo de Administración de Libercoop
Este año no es uno más para quienes somos parte del mundo cooperativo. Estamos celebrando el Año Internacional de las Cooperativas, una conmemoración que nos invita a mirar con orgullo todo lo que hemos construido, pero también a proyectarnos con fuerza hacia los desafíos que vienen.
Chile ha sido seleccionado como una de las cuatro sedes para la conmemoración internacional, lo que permitirá reunir a representantes del cooperativismo los días 12 y 13 de mayo. Este encuentro representa una valiosa oportunidad para destacar la contribución del cooperativismo en la construcción de un mundo mejor.
Esta importante reunión se llevará a cabo justo después del Día de la Madre, por lo que no puedo dejar de reflexionar sobre el vínculo que existe entre el desarrollo del modelo cooperativo y espacio de liderazgo que históricamente han ocupado las mujeres en este movimiento, quienes han tenido la posibilidad de ejercer como madres y, simultáneamente, ocupar roles de liderazgo en sus organizaciones. Las cifras de MINECON 2024 revelan una participación de la mujer del 50,6% en la base societaria y un 36,5% en cargos directivos, cifras significativamente superiores al 15,9% registrado en las empresas tradicionales.
Para mí, estas dos instancias no solo coinciden en el calendario: es una invitación a hablar de lo esencial que es el liderazgo de la mujer en la vida de las cooperativas. Porque si algo hemos aprendido, es que cuando las mujeres se suman a equipos de liderazgo, las organizaciones se transforman para mejor.
Este año de las Cooperativas es una oportunidad única para visibilizar nuestro rol, revisar nuestras prácticas y comprometernos con una transformación profunda, sostenible y centrada en las personas. Y en ese camino, las mujeres hemos sido —y seguiremos siendo— motor de cambio.
Llevo años caminando junto a esta cooperativa, y si bien he visto mucho avance, también tengo la convicción de que queda mucho por hacer. Este año nos llama a repensar nuestro modelo, a abrirnos más, a incluir voces nuevas y a confiar en que el futuro cooperativo se construye con todas y todos.
El liderazgo ejercido por mujeres se caracteriza por contar con una capacidad única de equilibrar firmeza con cercanía, gestión con sensibilidad. No se trata de liderar “mejor” o “peor”, sino de liderar desde una perspectiva distinta, más humana, más integral, profundamente conectada con los valores cooperativos.
He tenido el privilegio de compartir este camino con mujeres extraordinarias dentro de nuestra organización. Mujeres que piensan, proponen, acompañan y sostienen, muchas veces sin que eso quede reflejado en los informes o en los balances. Pero está, y se nota.
Muchas de nosotras hemos desarrollado nuestras carreras mientras criábamos, estudiábamos, cuidábamos a nuestras familias y participábamos activamente en nuestras comunidades. Toda esa experiencia se transforma en habilidades que hoy son indispensables para liderar: empatía, resolución, visión a largo plazo, capacidad de adaptación.
Quiero cerrar estas palabras con un reconocimiento muy sentido:
Gracias a todas las mujeres que hacen posible que Libercoop día a día cumpla con su propósito.
💛 Este Año Internacional de las Cooperativas es también el año de todas ustedes. El año en que volvemos a decir, con fuerza y convicción, que las mujeres somos parte del presente y del futuro de este movimiento.
Sigamos caminando juntas. Lo que viene será desafiante, pero también lleno de oportunidades. Y estoy feliz de recorrer ese camino con ustedes.
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