Sin embargo, ¿sabes exactamente a qué se refieren esos términos y cómo afectan tu bolsillo?

La inflación es el aumento sostenido del precio de bienes y servicios que consumimos a diario, desde la cuenta de la luz hasta el precio del pan.

 

Por otra parte, el IPC es el indicador creado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que permite calcular la evolución de la inflación a través de una “canasta” que determina todo lo que una familia promedio consume mes a mes.

Además, el IPC influye directamente en el valor de la Unidad de Fomento (UF), una unidad monetaria usada en nuestro país que tiene la característica de reajustarse diariamente según el IPC. La UF es bastante utilizada principalmente por los bancos, por lo que incide mucho por ejemplo en los créditos de consumo y créditos hipotecarios.

 

Cada vez que IPC sube, o en otras palabras, que hay inflación, entonces la UF sube durante el mes siguiente. De esta manera, su valor puede aumentar sostenidamente durante periodos económicos complejos como el que estamos viviendo hoy en día.